Todos sabemos lo importante que es una buena comunicación en cualquier tipo de relación, y aún más en un tipo de relación tan cercana como es una relación de pareja.
Sin embargo, no es raro que, incluso aunque intentemos comunicarnos lo mejor que podemos, la otra persona no nos esté entendiendo, o quizás esté entendiendo algo muy distinto de que lo queremos decir.
En opinión de Isabel, su marido pasaba demasiado tiempo jugando a las cartas con sus amigos, y ella se sentía bastante molesta por este motivo. Cuando se quejó de esto a su marido, él accedió enseguida y dejó de jugar a las cartas… para empezar a jugar al tenis.
Por supuesto, esto tampoco le hizo ninguna gracia a Isabel, puesto que lo que quería era que él dejara de pasar tanto tiempo con sus amigos y estuviera más tiempo con ella. Sin embargo, su modo de comunicarse no fue muy efectivo, y él entendió que lo que a ella no le gustaba era el hecho de que jugase a las cartas, de modo que accedió a cambiarlo por una actividad menos sedentaria.
Si quieres que haya una buena comunicación con tu pareja, no solo deberás decir lo que piensas, sientes o esperas, sino que tendrás que decirlo de un modo que te entienda, expresando claramente lo que quieres.
Muchas personas parecen esperar que sus parejas lean sus mentes, suponiendo que, como son pareja, deben estar sintonizados de un modo mágico y ser capaces de leer cada gesto o mirada del otro y saber lo que siente, quiere o piensa. Por muy romántico que esto pueda sonar, lo cierto es que nadie tiene la capacidad de leer la mente de los demás.
Tal vez tu pareja esté más pendiente de ti porque te quiere y se preocupa, pero eso no va a hacer que sea mejor “leyéndote” de lo que en realidad es. Hay personas que son muy buenas para leer el lenguaje no verbal de los demás, saben lo que otros sienten solo con mirarlos y tienen una gran empatía. Otras personas son menos empáticas y les cuesta más trabajo darse cuenta de lo que pasa por la mente de los demás o lo que están sintiendo.
Por tanto, si sabes cómo es tu pareja a este nivel y dejas de esperar que se convierta de repente en la persona más empática del mundo, podrás adaptar tu comunicación a su capacidad de empatía, aceptando a tu pareja como es y no esperando que lea en ti cosas que no puede leer, sino diciéndoselo claramente con palabras.
Nunca y siempre
Un error muy común al comunicarnos con los demás, es el uso de expresiones absolutistas, como nunca, siempre, jamás. Por lo general, no es cierto que tu pareja nunca haga tal o cual cosa que desearías que hiciera. Si lo expresas de ese modo, tu pareja se siente dolida y las probabilidades de solucionar el problema son menores. Utiliza expresiones como a veces o en ocasiones.
Hablar en primera persona
Procura también hablar en primera persona en vez de en segunda persona cuando vayas a quejarte de algo que te molesta. Al hablar en segunda persona estás centrándote en tu pareja y en lo que hace mal. Al hablar en primera persona te estás centrando en lo que tú sientes cuando tu pareja hace eso que te molesta. Por ejemplo, en vez de decir: “Eres una persona desconsiderada y egoísta por irte con tus amigos todas las tardes y dejar que yo me ocupe de todo”, dile: “Me duele y me siento como si no tuviera pareja cuando tengo que ocuparme de todo mientras tú te vas con tus amigos”. De este modo le estás diciendo el efecto que tiene en ti su comportamiento y cómo te sientes, en vez de atacar o despreciar a tu pareja por lo que hace.
Admite cuando tu pareja tiene razón
A veces serás tú quien se equivoque y en esos momentos es importante dejar de lado tu orgullo y admitir que te has equivocado, pidiendo disculpas si es necesario.
Y, por supuesto, sé honesto tanto con tu pareja como contigo mismo, pues la falta de honestidad en la pareja puede cobrarse un alto precio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario