El primero en trabajar con la dimensión de extraversión - introversión fue Carl Jung, aunque ya antes de que Jung forjara estos términos, William James había llamado la atención sobre la diferencia que existía entre los individuos “de mente resistente” y los “de mente sensible”; los que miran hacia afuera y los que miran hacia adentro. Jung define al extrovertido como ‘la persona cuyo interés en general se enfoca hacia la vida social y el mundo externo y no hacia sus experiencias internas’, por otro lado define al introvertido como ’una persona que en general se enfoca hacia sus pensamientos y sentimientos interiores’.
El Profesor Eynseck logró un claro entendimiento de cómo la introversión y la extroversión, combinada con el nivel de estabilidad emocional y el auto-determinismo, determinan los rasgos de personalidad que provocan la mayor parte del comportamiento en el individuo. La teoría de Eysenck se basa principalmente en la psicología y la genética. Aunque era un conductista que consideraba que los hábitos aprendidos eran de gran importancia, consideró que las diferencias en la personalidad se desarrollan a partir de la herencia genética. Por lo tanto, estuvo fundamentalmente interesado en lo que se suele llamar temperamento.
El temperamento es ese aspecto de nuestra personalidad que está basado en la genética, innato, desde nuestro nacimiento o incluso antes. Esto no significa que la teoría del temperamento diga que no contemos con otros aspectos de nuestra personalidad que son aprendidos; es sólo que Eysenck se centró en lo "natural" y dejó la "crianza" para que la estudiaran otros teóricos. Eysenck al inicio concibió la personalidad en base a las categorías biológicas del temperamento Extroversión/Introversión y Neuroticismo/Estabilidad
Eysenck hipotetizó que la extraversión-introversión es una cuestión de equilibrio entre “inhibición” y “excitación” en el propio cerebro. La excitación es el despertar del cerebro en sí mismo; ponerse a alerta. La inhibición es el cerebro “durmiente”, calmado, tanto en el sentido usual de relajarse como en el de irse a dormir o en el sentido de protegerse a sí mismo en el caso de una estimulación excesiva.
La extroversión/introversión se relaciona con la tendencia de las personas hacia distintos tipos de actividades e intereses. Las personas extrovertidas se caracterizan por la sociabilidad, la necesidad de excitación y cambio, actuar en el momento, y son por lo general impulsivas. Suelen además ser optimistas y amantes del buen humor. También suelen ser agresivos, en el sentido de tener poca tolerancia a las frustraciones y el poco control de sus sentimientos. El extravertido típico es sociable, le gustan las reuniones, tiene muchos amigos, necesita de personas con quien charlar y no le gusta leer o trabajar en solitario; busca las emociones fuertes, se arriesga, hace proyectos y se conduce por impulsos del momento; tiene siempre dispuesta una respuesta rápida y, en general, le gusta el cambio, es despreocupado, optimista y propende a reir y vivir contento; esta persona prefiere el movimiento y la acción.
Las personas introvertidas prefieren las actividades a solas que con la gente, como las actividades intelectuales o los libros. Tienden a planear las cosas y desconfían de los impulsos. Se toman seriamente sus actividades, les gusta llevar una vida ordenada y sus sentimientos suelen estar bajo su control. Raramente son agresivas y no suelen perder el control fácilmente. No necesitan a los demás para estar contentos, tratan de entender las situaciones con más interés que los extravertidos y son más reflexivos.
Es un individuo tranquilo, retraído, introspectivo, se muestra reservado y distante, excepto con sus amigos intimos (los introvertidos valoran intensamente los pocos amigos que tienen), tiende a ser previsor, a pensarlo antes de comprometerse y a desconfiar de los impulsos del momento; no le gustan las sensaciones fuertes, toma en serio las cosas cotidianas y prefiere llevar una vida ordenada; controla estrechamente sus sentimientos, raramente se conduce de una manera agresiva y no se encoleriza fácilmente, es un poco pesimista y concede gran valor a los criterios éticos, es una persona en la se puede confiar
Dada la naturaleza de la personalidad de los individuos, tanto los sujetos introvertidos como extravertidos, van a evitar los contextos, situaciones y circunstancias que vayan en contra del gradiente de su personalidad. Así mismo, el introvertido evita la gente en masa, ya que es individualista. El extravertido dada su naturaleza sociable, locuaz y dependiente del grupo, evitaría situaciones de aislamiento, que comporten silencio o soledad.
La extroversión estaría relacionada con una menor activación cortical del cerebro, lo que explicaría para Eysenck la variabilidad de actividades y la búsqueda de excitación de estos sujetos. Por contra, los introvertidos tienen una mayor activación cortical que explicaría la mayor perseverancia de su conducta y el alejamiento de las actividades de mayor excitación.
Alguien que es extravertido, decía Eysenck, tiene una buena y fuerte inhibición: cuando se le enfrenta a una estimulación traumática (como un choque en un automóvil), el cerebro del extravertido se inhibe, lo que significa que se vuelve “insensible”, podríamos decir, al trauma y por tanto recordará muy poco de lo que ha ocurrido. Después del accidente de coche, el extravertido podría decir que es como si hubiese “borrado” la escena y le pediría a otros que le recordasen la escena. Dado que no sienten el impacto mental completo del accidente, podrían estar conduciendo perfectamente al día siguiente.
Por otro lado, el introvertido tiene una pobre o débil inhibición: cuando hay un trauma, como el accidente de coche, su cerebro no le protege lo suficientemente rápido; no se “apaga” en ningún momento. Más bien están muy alertas y aprenden bastante, de manera que pueden recordar todo lo que ha pasado. Incluso dirían que han visto el accidente en “¡cámara lenta!”.
Imaginemos que tanto el extravertido como el introvertido se emborrachan, y se ponen a bailar semidesnudos en una mesa de un restaurante. A la mañana siguiente, el extravertido nos preguntará qué ha pasado (y que dónde está su ropa) Cuando se lo digamos, se reirá y empezará a hacer planes para hacer otra fiesta. Por otro lado, el introvertido recordará todas y cada una de las mortificantes escenas de su humillación.
Es importante cómo aquéllos con un alto nivel de excitación asimilan mucha más información cada segundo que el individuo promedio, y por tanto pueden sentir la necesidad de disminuir o limitar el “volumen” de estimulación a su alrededor. Esto conduce a los demás a percibirlos como introvertidos. Esto se debe a que, dado que su nivel de alerta es tan elevado, el introvertido tiende a “sobrecargarse” más rápidamente, especialmente cuando se halla en entornos muy estimulantes (ruidosos, variados, coloridos, agitados). En estos casos, el introvertido tiende a cerrarse para controlar o limitar el input de estímulos y poder discernir lo que ya asimiló.
A la inversa, aquéllos con un nivel de excitación mínimo asimilan mucha menos información por segundo que el individuo normal, y por tanto pueden sentir la necesidad de aumentar el “volumen” de estímulos. Esto hace que los demás los perciban como extravertidos. Esto se debe a que como el extrovertido tiene una excitación mínima, tiene dificultad para pensar con claridad y puede incluso adormilarse si no recibe estimulación de parte de su entorno. Por eso, muchos extravertidos suelen aumentar el volumen de estímulo en el ambiente que los rodea. Encienden la radio o la televisión. Dejan la radio encendida mientras leen, o buscan leer en lugares ruidosos.
El individuo introvertido tiene un nivel de alerta naturalmente alto, que hace que busque niveles de estimulación menores a los normales para no sentirse abrumado. Con el transcurso de los años, esta necesidad de evitar ser abrumado por el estímulo del exterior se transforma en un estilo de razonamiento concentrado e introyectivo que puede hacer que el individuo parezca replegado, meditabundo, sereno o incluso recluido ante el observador más extrovertido. Las típicas maneras en que el introvertido intenta controlar el nivel de estimulación incluyen: la lectura, la reflexión, los momentos en soledad; el evitar el contacto con otros o tener que adaptarse a ellos; la competencia consigo mismo o con la imagen de sí; el concurrir a reuniones pequeñas o a lugares apartados. Frecuentemente se asocia introversión con timidez, pero pese a estar correlacionados son dos conceptos diferentes, la gente tímida evita o se siente incómoda en los encuentros sociales por miedo, algo que no necesariamente le sucede al introvertido.
Los introvertidos no son necesariamente tímidos, las personas tímidas son algo ansiosas y temen la auto-exposición en sitios sociales; los introvertidos generalmente no sienten nada similar. En realidad, los introvertidos son personas que encuentran a otras personas fatigantes y tienden a buscar la soledad en según que momentos. Les agradan las conversaciones complejas sobre sentimientos o ideas y aunque tienden a comportarse de forma reservada y distante en grupos, en realidad lo que necesitan es una razón para interactuar.
Las personas extrovertidas toman energía de la gente, y se debilitan o decepcionan al estar solos. Deja a un extrovertido solo por dos minutos y correrá por su teléfono. En contraste, después de una hora o dos de estar en un acto social, los introvertidos necesitan "apagarse" y "recargarse", les gusta evitar las complicaciones de estar involucrados en actividades públicas. Esto no implica ser antisocial. Tampoco es un signo de depresión. No hay necesidad de medicamentos. Para los introvertidos, el estar a solas con sus pensamientos es tan restaurador como dormir, tan nutritivo como el comer. Su lema sería: "Yo estoy bien, tú estás bien (en pequeñas dosis)." Los introvertidos no son buscadores de emoción y adictos a la adrenalina. Si hay demasiado ruido y gente hablando, se cierran. Sus cerebros son muy sensibles a un neurotransmisor llamado dopamina. Los introvertidos y extrovertidos tienen diferentes vías neurológicas dominantes. Se estima que en torno al 25% de la población es introvertida.
Es muy difícil para un extrovertido comprender a un introvertido. Los extrovertidos tienen poca o nula comprensión sobre la introversión. Asumen que la compañía, especialmente la suya, es siempre bienvenida. No pueden imaginarse porqué alguien necesitaría estar solo. Los extrovertidos dominan la vida pública, con su apetito insaciable para la conversación, los extrovertidos también tienden a ser quienes fijan las expectativas. En nuestra sociedad extrovertida, ser sociable se considera normal y por lo tanto deseable. Es una marca de felicidad, confianza, liderazgo, los extrovertidos son vistos como personas vibrantes, cariñosos y empáticos. Decirle a una persona que tiene "don de gentes" se condidera un cumplido, por contra los introvertidos son descritos como "solitarios", "reservados", "taciturnos", "autónomos", "privados", palabras estrechas y con frecuencia poco generosas.
¿Los introvertidos son arrogantes? Raramente. Quizás esta idea falsa común tiene algo que ver con el hecho de que parece ser que la gente introvertida tiende a ser más intelectual, reflexiva, independiente y sensible que la gente extrovertida. También, probablemente se debe a la falta de interés en la conversación en algunos contextos sociales que muestran los introvertidos, una carencia que los extrovertidos usualmente toman por error como desdén. El introvertido tiende a pensar antes de hablar. Un introvertido no se queja abiertamente con facilidad, es más probable que se aleje de forma silenciosa.
Los introvertidos no son necesariamente tímidos, las personas tímidas son algo ansiosas y temen la auto-exposición en sitios sociales; los introvertidos generalmente no sienten nada similar. En realidad, los introvertidos son personas que encuentran a otras personas fatigantes y tienden a buscar la soledad en según que momentos. Les agradan las conversaciones complejas sobre sentimientos o ideas y aunque tienden a comportarse de forma reservada y distante en grupos, en realidad lo que necesitan es una razón para interactuar.
Las personas extrovertidas toman energía de la gente, y se debilitan o decepcionan al estar solos. Deja a un extrovertido solo por dos minutos y correrá por su teléfono. En contraste, después de una hora o dos de estar en un acto social, los introvertidos necesitan "apagarse" y "recargarse", les gusta evitar las complicaciones de estar involucrados en actividades públicas. Esto no implica ser antisocial. Tampoco es un signo de depresión. No hay necesidad de medicamentos. Para los introvertidos, el estar a solas con sus pensamientos es tan restaurador como dormir, tan nutritivo como el comer. Su lema sería: "Yo estoy bien, tú estás bien (en pequeñas dosis)." Los introvertidos no son buscadores de emoción y adictos a la adrenalina. Si hay demasiado ruido y gente hablando, se cierran. Sus cerebros son muy sensibles a un neurotransmisor llamado dopamina. Los introvertidos y extrovertidos tienen diferentes vías neurológicas dominantes. Se estima que en torno al 25% de la población es introvertida.
Es muy difícil para un extrovertido comprender a un introvertido. Los extrovertidos tienen poca o nula comprensión sobre la introversión. Asumen que la compañía, especialmente la suya, es siempre bienvenida. No pueden imaginarse porqué alguien necesitaría estar solo. Los extrovertidos dominan la vida pública, con su apetito insaciable para la conversación, los extrovertidos también tienden a ser quienes fijan las expectativas. En nuestra sociedad extrovertida, ser sociable se considera normal y por lo tanto deseable. Es una marca de felicidad, confianza, liderazgo, los extrovertidos son vistos como personas vibrantes, cariñosos y empáticos. Decirle a una persona que tiene "don de gentes" se condidera un cumplido, por contra los introvertidos son descritos como "solitarios", "reservados", "taciturnos", "autónomos", "privados", palabras estrechas y con frecuencia poco generosas.
¿Los introvertidos son arrogantes? Raramente. Quizás esta idea falsa común tiene algo que ver con el hecho de que parece ser que la gente introvertida tiende a ser más intelectual, reflexiva, independiente y sensible que la gente extrovertida. También, probablemente se debe a la falta de interés en la conversación en algunos contextos sociales que muestran los introvertidos, una carencia que los extrovertidos usualmente toman por error como desdén. El introvertido tiende a pensar antes de hablar. Un introvertido no se queja abiertamente con facilidad, es más probable que se aleje de forma silenciosa.
Según el Dr. Hans Eysenck, Jung estaba totalmente en lo cierto cuando afirmaba que la introversión es una manera normal y saludable de vivir para algunos individuos, según su fisiología. Al mismo tiempo, Jung también estaba totalmente en lo cierto cuando observó que por lo menos algunos Introvertidos parecen actuar como negándose a vivir. En verdad, los introvertidos absorben tanta información cada segundo que podría afirmarse que se “embriagan” con información, lo cual es un genuino “sí” a la vida. Sin embargo, el hecho de que los entornos demasiado activos en los que suceden demasiadas cosas puedan hacer que se sientan “abrumados” puede, en apariencia, llevarlos a “negarse” a la vida en dicho contexto, cuando lo que en realidad hacen es simplemente “negarse” a la experiencia de sentirse abrumados.
Además, algunos introvertidos desarrollan una actitud negativa hacia la vida como resultado de un menoscabo y desvalorización constante hacia ellos cuando viven en una cultura que valora y recompensa la Extraversión en desmedro de la introversión. En esto consiste la observación de Elaine Aron en The Highly Sensitive Person (entrada relacionada en el blog)
Fuentes: psicologia-online, blogs.diariosur, benziger