Creer en uno mismo, permite que nos desarrollemos y crezcamos, porque si creemos que podemos, arriesgaremos mucho más que si pensamos que somos incapaces de hacer algo.
Las personas que no tienen autoconfianza se quedan en su zona conocida y nunca exploran nada nuevo. Me ha inspirado escribir este artículo una conversación que escuché mientras viajaba en el metro. Una chica de unos 25 años, de apariencia introvertida y discreta. Hablaba con una mujer de unos 50 años, parecía su madre.
Por lo que fui escuchando, la chica llevaba años en paro y de lo que ella tenía experiencia, era el sector que más había caído con la crisis. Comentó que como el mercado laboral estaba tan difícil, tendría que buscar trabajo de lo que fuera, de camarera, cajera, etc…
Me sorprendió el tono de riña de su madre, le dijo que ella no servía para trabajar ni de cajera ni de camarera, que eso era para chicas espontáneas y extrovertidas. La chica le dio la razón y se conformó. La expresión de su cara cambió por completo, pasó de estar entusiasmada, a estar desanimada. De repente esa posibilidad que le podría abrir las puertas laborales, quedó zanjada.
Me pregunté: ¿Por qué le hace caso? Ni siquiera la opinión de nuestra familia debería influirnos. Sólo las personas que piensan de una manera ganadora, llegan a conseguir lo que quieren.
Las personas con mentes ganadoras, son las que no dejan que nadie interfiera en sus planes y cuando alguien del exterior duda de su valía personal, siguen adelante igual. Jamás cancelarán acciones que tenían pensado llevar a cabo, por culpa de la opinión de otros.
Me hizo sentir impotencia aquella situación. La chica que tenía enfrente sentada en el metro, parecía inteligente, con buena presencia, pero se la estaba infravalorando por ser introvertida, y al no creer en sí misma, se cerraba puertas.
Cada tipo de personalidad tiene su lado bueno y malo, ninguna es mejor que otra. Necesitamos aceptarnos a nosotros mismos tal y como somos, para que todo el potencial que llevamos dentro salga al exterior.
Creer en uno mismo, es esencial para dar el paso de arriesgar y embarcarse en nuevas experiencias. Nunca sabremos los potenciales que podríamos llegar a desarrollar, si no nos atrevemos a explorar nuevos caminos.
Esta chica no confió en ella misma y lo que es peor, se dejó “etiquetar” creyendo que su personalidad no encajaría con lo que deseaba hacer. Jamás dejes que un comentario como: “tú no puedes”, te detenga en tus decisiones, ni siquiera cuando esa opinión negativa provenga de familiares.
Esas malas opiniones deberían servir para impulsar las ganas de luchar, ya que, si algo no se intenta, no se puede saber si se hubiera hecho bien o mal. Cambia el “no soy capaz” por el “creo en mi y lo voy a intentar”.
Creer en uno mismo, es el acto más positivo que le podemos regalar a nuestra persona, porque si tú no crees en ti, tampoco lo harán los demás.
Las personas que no tienen autoconfianza se quedan en su zona conocida y nunca exploran nada nuevo. Me ha inspirado escribir este artículo una conversación que escuché mientras viajaba en el metro. Una chica de unos 25 años, de apariencia introvertida y discreta. Hablaba con una mujer de unos 50 años, parecía su madre.
Por lo que fui escuchando, la chica llevaba años en paro y de lo que ella tenía experiencia, era el sector que más había caído con la crisis. Comentó que como el mercado laboral estaba tan difícil, tendría que buscar trabajo de lo que fuera, de camarera, cajera, etc…
Me sorprendió el tono de riña de su madre, le dijo que ella no servía para trabajar ni de cajera ni de camarera, que eso era para chicas espontáneas y extrovertidas. La chica le dio la razón y se conformó. La expresión de su cara cambió por completo, pasó de estar entusiasmada, a estar desanimada. De repente esa posibilidad que le podría abrir las puertas laborales, quedó zanjada.
Me pregunté: ¿Por qué le hace caso? Ni siquiera la opinión de nuestra familia debería influirnos. Sólo las personas que piensan de una manera ganadora, llegan a conseguir lo que quieren.
Las personas con mentes ganadoras, son las que no dejan que nadie interfiera en sus planes y cuando alguien del exterior duda de su valía personal, siguen adelante igual. Jamás cancelarán acciones que tenían pensado llevar a cabo, por culpa de la opinión de otros.
Me hizo sentir impotencia aquella situación. La chica que tenía enfrente sentada en el metro, parecía inteligente, con buena presencia, pero se la estaba infravalorando por ser introvertida, y al no creer en sí misma, se cerraba puertas.
Cada tipo de personalidad tiene su lado bueno y malo, ninguna es mejor que otra. Necesitamos aceptarnos a nosotros mismos tal y como somos, para que todo el potencial que llevamos dentro salga al exterior.
Creer en uno mismo, es esencial para dar el paso de arriesgar y embarcarse en nuevas experiencias. Nunca sabremos los potenciales que podríamos llegar a desarrollar, si no nos atrevemos a explorar nuevos caminos.
Esta chica no confió en ella misma y lo que es peor, se dejó “etiquetar” creyendo que su personalidad no encajaría con lo que deseaba hacer. Jamás dejes que un comentario como: “tú no puedes”, te detenga en tus decisiones, ni siquiera cuando esa opinión negativa provenga de familiares.
Esas malas opiniones deberían servir para impulsar las ganas de luchar, ya que, si algo no se intenta, no se puede saber si se hubiera hecho bien o mal. Cambia el “no soy capaz” por el “creo en mi y lo voy a intentar”.
Creer en uno mismo, es el acto más positivo que le podemos regalar a nuestra persona, porque si tú no crees en ti, tampoco lo harán los demás.
EL AMOR Y LA ACEPTACIÓN TRANSFORMAN
Cuando uno mismo se acepta y cree en sus posibilidades, se transforma, y todo lo que antes parecía difícil, se hace más sencillo.
La prueba está en que muchas personas inseguras, dan un gran cambio cuando encuentran una pareja que les hace sentir queridas y aceptadas. El amor y la aceptación hace que cada persona saque lo mejor que lleva dentro.
Encontrarlo fuera, en una pareja, amistad, familia, puede impulsar positivamente a que alguien crezca como persona. Pero cuando no se tiene en el exterior, se puede conseguir el mismo efecto si lo creas en tu interior.
Tú te puedes amar y aceptar de tal manera, que no te afecte nada negativo que te digan.
La mayoría de límites que creemos tener, están en nuestra manera negativa de pensar. Si nos diéramos cuenta de todo lo que un ser humano puede llegar a conseguir, con esfuerzo y autoconfianza, nos asombraríamos.
La chica de la que hablo en este artículo, debería de haberle dicho a su madre: “esa es tu opinión, pero yo pienso que puedo perfectamente trabajar de camarera o cajera, porque la introversión no es negativa, tengo muchas otras virtudes que seguro valorarán en mi trabajo”.
Si dejas que otros te digan lo que no puedes hacer, no dejarás que tus potenciales crezcan. Confía en ti, valórate y adelante en tu camino.
Imágenes cortesía de Dimitris Papazimouris y Alba Soler
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