Además de tener un buen lavavajillas, hay que usarlo bien para sacarle el máximo partido. Te damos unas sencillas recomendaciones sobre el mantenimiento y uso correcto del lavavajillas: síguelas y lograrás mejores resultados.
Si tus platos no salen tan limpios como a ti te gustaría, pon en práctica estos consejos y los resultados mejorarán.
- Antes de poner la vajilla en el lavaplatos, limpia los restos de comida con un trapo o servilleta de papel.
- Sé cuidadoso al colocar la vajilla en el interior del lavavajillas: separa bien los platos para que no se toquen entre sí.
- La cubertería se debe poner en el cesto, con el mango hacia abajo. Si tu lavavajillas tiene bandeja portacubiertos, colócalos con cuidado para que queden de costado.
- Llena por completo el lavavajillas: ten en cuenta que dos lavados a media carga consumen más energía que uno a carga completa.
- Hay modelos que incluyen cestillos para los cubiertos con tapa perforada: si lo usas mejorará el resultado.
- Comprueba que las aspas pueden girar sin tropiezos: cerciórate de que no hay ningún utensilio largo o que esté colocado de forma vertical que tenga contacto con ellas.
- Pon la dosis correcta de detergente: una cantidad insuficiente no conseguirá eliminar por completo la suciedad de la vajilla, mientras que una cantidad excesiva no aumenta la eficacia de lavado pero representa un desperdicio inútil de producto.
- Comprueba los niveles de productos (sal y abrillantador). Si son los adecuados, te ayudarán a lavar y secar mejor.
- El programa Eco o los de baja temperatura ahorran más energía que el programa Normal. Ya hay detergentes con buenos resultados a baja temperatura.
- Una vez que ha terminado el programa de lavado, espera una media hora antes de abrir el lavavajillas. Si se abre rápido, los platos se enfrían rápidamente y se produce la condensación del vapor. Sin embargo, en el lavavajillas cerrado, el calor contribuirá a que se evaporen los restos de humedad.
- Saca y limpia el filtro una vez por semana y limpia regularmente el dosificador de detergente. Repítelo siempre que la vajilla esté muy sucia. La acumulación de suciedad genera problemas de lavado y gasto superfluo de energía.
- Un par de veces al año, también es conveniente sacar las aspas para limpiar las ranuras. Para ello, solo tienes que desenroscarlas sin necesidad de herramientas; ánimo ¡es más fácil de lo que parece!
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