¿En qué consiste el enamoramiento? Vivo con mi pareja pero ya no sé si estoy enamorado. ¿Cómo puedo saberlo?
Veamos qué significa eso de estar enamorados de nuestra pareja. ¿Acaso todavía alguien confunde el enamoramiento con el amor?
En realidad lo que llamamos enamoramiento es esa intensa pasión romántica que bien sabemos no es amor, sino más bien exaltación y droga.
¿Acaso no es el enamoramiento un cóctel formado por idealismo y esperanza erotizada?
Tal vez el enamoramiento sea un sueño felizmente febril, pero así como sube como una bomba de hormonas luminosas, de pronto despierta y comienza el cotidiano paisaje de las dos caras. Es en este punto en el que puede nacer un proyecto de unión y complicidad a mayor escala, dejando atrás la estimulante “secta” de dos personas.
El enamoramiento se asemeja a una burbuja que vive amenazada permanentemente por una aguja. Y lo que en el fondo tal estado nos pide es que activemos la cuenta atrás para llegado un día, partir del punto cero y comenzar a recorrer la aventura verdadera. Y aún reconociendo la obsesión que el enamoramiento conlleva, cuando éste llega, celebramos lo que el Misterio nos ha dulcemente envuelto para expandir consciencia.
En realidad cuanto más madurez hemos aflorado, no confundimos el enamoramiento con el estado de amor que nuestra alma anhela. El amor en verdad, demanda a nuestro corazón una total integridad, discernimiento y renuncia. Es por ello que cuando el enamoramiento acaba, el amor comienza.
Mientras que el romance droga, el amor despierta.
Robert A. Master
Bien sabemos que el enamoramiento se comporta como un rosado chute que distrae y tapa nuestras íntimas carencias. El amor por el contrario, nos pide que llevemos el dolor al corazón y asumamos día a día como nuestro lo que todavía parece cosa ajena. Y así como el romance soslaya los obstáculos, el amor por el contrario se compromete y afronta la causa interna de lo que nos desbalancea.
El enamoramiento aunque sea un posible puente hacia el amor, tiene vetas regresivas. En realidad revive en su exaltación aquella fusión perdida de la primera infancia. Es por ello que el final del enamoramiento y el principio del amor conllevan cierto grado de desilusión como inevitable antesala.
En realidad a diferencia del enamoramiento el amor cooperativo tiene una manga muy ancha. En él hay suficiente espacio para la confrontación e incluso la rabia cuando esta va desprovista de hostilidad y violencia. Sin embargo cuando estamos atrapados en el enamoramiento, tenemos más tendencia a romantizar que a enfrentar los obstáculos que conlleva desarrollarse y progresar.
Cuando baja el subidón del enamoramiento y sus fuegos artificiales, se abre una puerta hacia la profundidad del vínculo y los derivados de fondo que sin duda compensan tal ausencia.
No se trata de mitificar el amor ignorando la cara oscura que toda pareja tarde o temprano enfrenta y muchas superan. Sin embargo todo tiene un límite cuando el aburrimiento, la desmotivación, la comunicación plana, la resignación, la frustración, y el desprecio… aparecen coagulando el flujo del vivir y evocando al agua estancada.
¿En qué momento cancelar el vínculo y finalizar la convivencia? ¿Cómo reconocer los signos que anuncian final del amor en el seno de tediosas convivencias? ¿Qué programas emocionales no resueltos invaden a un alto número de parejas, cuyo odio y rencor se hacen presentes más de la cuenta?
El amor que nace de la observación atenta y silenciosa es la verdadera medicina. Un amor que no es precisamente un sentimiento, sino un estado de conciencia en resonancia con la dimensión de nuestra profunda esencia. Honremos finalmente al enamoramiento que con su embrujo cumple la sagrada misión de hacer entrar a la futura pareja al gozoso laberinto del crecimiento y la autoconsciencia.
Fuente: http://blog.jmdoria.com/del-enamoramiento-al-amor/
No hay comentarios:
Publicar un comentario