jueves, 20 de octubre de 2011

Andropausia y menopausia: tiempo de cambios


 
A partir de los 45 años, hombres y mujeres experimentan una revolución hormonal. Malhumor, cansancio e insomnio son algunos síntomas. Y el deseo a veces decae. Claves para vivir bien esta etapa.

¿Qué sería de los hombres si por una vez sintieran los dolores de las mujeres? ¿Cómo harían con un trabajo de parto o una cesárea? Difícil de adivinar. Pero la naturaleza es sabia y siempre tiene la última palabra. Hay un momento en que los malestares femeninos y masculinos se encuentran.

La menopausia y la andropausia nos cambian la vida por igual. Llegan en un momento clave: los primeros síntomas aparecen a los 45 años y se desencadenan después de los 50. Una etapa en la que la vida baja un cambio: “Los hijos crecieron, algunos comienzan a dejar el hogar y hay más tiempo para pensar en la vejez, la pareja, los logros, los fracasos…”, asegura la psicoanalista Judith Altman, directora de Espacio Redes, una fundación especializada en psicología de familia.

En ese momento en el que los universos femenino y masculino se tocan, ellas y ellos comparten algunos síntomas: cambios de humor, cansancio, insomnio y una “revolución hormonal”. En las mujeres baja la progesterona y, en los hombres, la testosterona.

Esto se hace sentir en la cama. “La testosterona es la hormona del deseo. Si hay menos, las ganas de tener sexo bajan. Si le sumamos que los problemas prostáticos comienzan a hacerse visibles, la cosa se complica un poco”, asegura Claudio Rosenfeld, coordinador del Capítulo de Medicina Sexual de la Sociedad Argentina de Andrología.

En la mayoría de las mujeres el deseo no baja, pero el cambio hormonal provoca algunos problemas físicos, como falta de lubricación vaginal, incontinencia urinaria y cistitis crónica. Eso, sumado a algunos problemas de erección que empiezan a aparecer, componen un cóctel fatal para el placer. Todo tiene solución. Las terapias de pareja, los tratamientos hormonales y las cremas lubricantes pueden hacer milagros, pero es un momento que a veces cuesta pasar.

¿Quién sufre más?

Para el ginecólogo Eduardo Depiano, presidente de la Asociación Argentina para el Estudio del Climaterio, la clave está en la manera en que las dos etapas se presentan: “La menopausia es la última menstruación. Un momento puntual que representa un quiebre en la vida de la mujer. La andropausia no es brusca sino que se presenta gradualmente y, por eso, no tiene el mismo impacto”.

Rosenfeld coincide: “En los hombres es un proceso de declinación, que puede estar acompañado de la pérdida de masa muscular, desgano, cansancio y falta de energía”.

Además de los sofocones, la falta de calcio y los dolores musculares, en las mujeres la falta de menstruación significa el fin de la fertilidad. Aunque no tengan la vitalidad de los 20, los hombres pueden seguir teniendo hijos. Y esa no es una diferencia menor.

“Para nuestra sociedad, el final de la reproducción equivale a la vejez. En consecuencia, la menopausia tiene una imagen negativa muy importante. Es irreversible y la mujer sabe desde niña que le va a suceder. Es como una profecía autocumplida, un momento en el que todos los temores se hacen realidad”, explica Gustavo Fos, psicólogo y coordinador del área de depresión de la Escuela Sistémica Argentina.

De la menopausia a la depresión hay un paso. Sin embargo, la mayoría no lo da. “La mujer teje una red solidaria inmediata, tiene la capacidad de procesar y hablar. Sus amigas pasan por lo mismo y se contienen mutuamente”, agrega Fos. A ellos no les pasa lo mismo. “El hombre oculta y enmascara -asegura el piscólogo-. Teme al dolor psíquico y espiritual, los amigos varones preguntan poco y suelen ser poco eficientes en la ayuda antes este tipo de cambios. Se sienten más solos que las mujeres”.

Y un hombre solo siempre es peligroso... “Ver que están más cerca de la vejez que de la juventud, es un golpe a la virilidad. Por eso, no es casual que en la andropausia muchos hombres rompan con su pareja de toda la vida y empiecen una historia con una chica más joven”, dice Altman.

Para la especialista, la andropausia y la menopausia son una prueba de fuego en la pareja: “Hay un montón de preocupaciones de juventud que ya no están: la crianza de los hijos, el desarrollo profesional, los logros económicos. Sólo queda el amor. Los que saben aprovechar ese momento son los que triunfan”. Estos cambios corporales enfrentan a hombres y mujeres a lo que ya no son. La clave siempre es mirar todo lo que podemos ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario