viernes, 23 de marzo de 2012

Tu foto en Facebook te delata


Nada responde al azar y menos la foto que eliges para colgar en tu perfil en Facebook. Ni
tan siquiera tu decisión es original por muchas vueltas que le hayas dado. La imagen
que quieres proyectar, te retrata por dentro. Descubre a qué rebaño perteneces y comprueba
lo expuesto que estás por mucho que te tapes la cara.
Te plantas delante de la pantalla y te sientes protegido por una burbuja en la que la
intimidad resulta incorruptible. Incluso aunque seas consciente de que cientos de ojos
te observan de cerca, no te imaginas que 110 millones de personas en todo el mundo, de
las que 12 millones hablan español, y 1,4 millones son españoles, diseccionan tu foto en Facebook. La red social de origen estadounidense que desde el pasado junio está
creciendo sin parar en nuestro país, se ha convertido en el paraíso del voyeurismo
amateur. Que tire la primera piedra el que no haya cotilleado las páginas de los amigos
de sus amigos con ese morbo que produce observar con total impunidad.
Resultado del contagioso enganche es esta tipología de perfiles en base a la foto
que decora tu perfil.

Con tu niño. Es la típica foto de papá orgulloso. Habitual entre los
que juraron y perjuraron que ellos jamás guardarían en la cartera a
sus criaturas. Todavía no se han dado cuenta de lo extraño que resulta charlar de ciertos temas cuando tienes constantemente presente a un
crío adjunto a tus rodillas que te mira con inocencia y al que sientes que corrompes con tus ácidos comentarios.


Con tu novio o novia. Estás pillado/a. De eso no cabe duda. Parece una declaración de intenciones pero en realidad invita al desafío. Observas a la pareja de turno, con la cara pegadita a la de tu amigo e irremediablemente piensas que no le merece. Recoges el guante y te dispones a cazar la pieza delante de sus narices. Usas el muro para echar el anzuelo y rematas por mail. Son de lo más facilón y están deseando que le despegues de ese pesado/a que no le deja ni
respirar, y le vigila hasta el facebook. Para el psicólogo Juan José García, indica "ajuste de pareja, y posiblemente búsqueda de otros amigos/as también en pareja".


Foto carnet. Han cogido la primera foto que han encontrado. Funcionales propietarios de un cerebro binario. Para ellos 2+2=4.
 La utilidad en esta vida es lo primero. Para que andar jugando o perdiendo el tiempo en disquisiciones sobre la imagen. Transparentes
y un pelín aburridos.


Tú de pequeñito. "Uy, por favor, está para comérselo". Son muchos más los hombres que eligen enseñar qué terriblemente monos eran
de pequeños de lo que lo hacen las mujeres. Buscan despertar ternura
 y apelan a ese instinto maternal que se supone que despiertan los
niños que no sobrepasan los 6 o 7 años. También es habitual
encontrarse parapetados tras su infancia a hombres que han
disfrutado poco de esa etapa de su vida, a los que las circunstancias o 
su propia personalidad les han obligado a ser adultos antes de tiempo. Es una forma de rescatar a ese niño del que no pudieron disfrutar. Sin embargo, "ofrece una tarjeta de visita no actualizada. Sugiere veracidad y ocultamiento a la vez: soy yo pero ya no soy yo", apunta Juan José García.


Autofoto. Es el recurso más habitual. Yo, mi, me, conmigo. Los
primeros en usar las redes sociales se fotografiaban a si mismos,
era un sello de distinción, les hacía sentirse cómplices, socios de un exclusivo club. La apertura de estas redes al resto del universo,
vulgarizó el santo y seña pues los que se iban incorporando copiaban
las costumbres de los oriundos. Aun así, esta especie de autofelación sigue teniendo mucha gracia.


Posando pero sin posar. Pecan de una absoluta falta de
naturalidad aunque ni de lejos era su pretensión. Revelan cierta
 tendencia a la escenificación. Son peliculeros, cuidan su imagen
al milímetro, y disfrutan de una elevada autoestima. No tienen abuela. Menos mal que existe gente así porque si no Facebook sería mucho
más aburrido.


La foto de tu hijo en lugar de la tuya. Mírales a ellos y me verás
a mi. Son la mejor tarjeta de presentación. pretendes transmitir la idea
de que si eres capaz de crear a un personajito así, se te puede confiar cualquier cosa. Juan José García, psicólogo, lo interpreta como
intención de "ocultamiento y usurpación de identidad. Puede confundir
al interlocutor".


De viaje. Con el mar, las montañas, o un enorme templo budista,
por ejemplo, de fondo. Los miembros de esta especie parecen
activos, sanotes, inquietos y quieren que el mundo entero sepa
 que aunque se pasen el día atados a una mesa, su espíritu se quedó
 en el Himalaya.


Con copa en la mano. A tenor de la media de personas con
copa o cerveza en la mano que puebla facebook, la estadística de bebedores debería ser preocupante. Desinhibidos, relajados y
colegas. Esa es la imagen que transmiten. El único inconveniente es
que sólo ellos saben que eso lo hacen dos o tres veces a la semana, tirando por lo alto. Para el resto, para quienes les visitan, su vida es
una juerga continua.


Cambian de foto como de camisa. Probando, probando... Una actividad en sí misma, típica de adolescente camaleónico —lo cual incluye a cualquiera entre los 13 y 18 años—. Todavía no han dado
con el perfil de persona que les gustaría ser entre la multitud que hay
para elegir. Hoy son una lolita que se fotografía ante el espejo, mañana
un gamberro en pandilla y pasado un perdonavidas en potencia.


Ligero de ropa. Estás tan, tan, tan orgulloso de tu cuerpo que aprovechas cualquier ocasión para dar al planeta la oportunidad
de disfrutarlo. Las fotos en bikini o bañador no son exclusivas de jóvenzuelos. Es más, muchos treintabastanteañeros o cuarentañeros —sobre todos hombres— no se resisten a enseñar su fornido pecho en Facebook. Se consideran atractivos y sin derecho a privar a sus incalculables fans de ese físico tan bien conservado. Sus amigos
 les envidiarán y el resto les deseará -al menos, eso creen ellos. "Posiblemente sea más utilizado por personas que busquen pareja. Pone, por tanto, el acento en las cortas distancias" analiza el

psicólogo Juan José García.

Un personaje con el que te identificas. Aquí se junta el
fenómeno ídolo con el de la sublimación de los deseos. Tu admiras a
ese personaje pero además, te gustaría ser él y estás encantado de
que quienes te vean, automáticamente mezclen ambas
personalidades. "Puede ser un disfraz pero a la vez oculta la
identidad, como ocurriría por ejemplo en el carnaval", explica Juan
José García.


Trabajando. Vaya por delante que soy un profesional como la
copa de un pino. Nadie le echa tantas horas, ni esfuerzo. Transmiten
una dedicación absoluta y delatan su incapacidad para disfrutar del
ocio. Cuesta imaginarles con sentido del humor ni disfrutando de los placeres de la vida. Además resultan sumamente interesados. Para
Juan José García , refleja el mensaje de "yo soy mi trabajo. Quieren transmitir estatus, poder".


Sin foto. No existen. Te cortan el rollo nada más entrar. No te
apetece perder ni un minuto en alguien que no ha sido capaz de
dedicar ni un instante en subir su foto o la de su caniche.


Tú y tu mascota. "Habla de simbolismo, sobre todo en referencia
al afecto. Una mascota es un animal de compañía. El perro, por
ejemplo, es puro símbolo de afecto. Sugiere, por tanto, una
personalidad de corte emocional y de proyección afectiva, quizá
también búsqueda de pareja", apunta Juan José García. 
Habitualmente quienes posan con su animalito no suelen tener 
hijos. 

En grupo o en familia. "Pone el acento en la agrupación afectiva
y/o en la amistad. Es el símbolo del afecto «a media distancia».
Indicaría extroversión, comunicación y proyección social. A la vez «difumina la identidad», ya que sólo será reconocido por personas
que le diferencien y le sepan entresacar del grupo que muestra",
 explica el psicólogo.


Una ilustración. Publicitarios, diseñadores, adictos a los cómics, interneteros con alias... Esta tendencia reune en torno a si, a una
 variada fauna. Comparten un interés por el anonimato, son
juguetones y adoran la libertad que otorga ser un pingüino, por
ejemplo. Buscan diferenciarse y marcar territorio. Presumen de
creativos.

Fuente:http://www.soitu.es/soitu/2008/10/29/tendencias/1225287309_989124.html

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