El mayor vertedero del mundo flota en medio del Océano Pacífico. Entre las costas de California y Hawai, en una zona de calmas, se acumulan los desechos de nuestra sociedad de consumo y despilfarro. Una gigantesca mancha de 3 toneladas de plásticos se extiende por una superficie dos veces más grande que los Estados Unidos. Este volumen es seis veces mayor que la cantidad de plancton que vive en sus aguas. Parcialmente disuelta en pequeños trozos, semisumergida y en movimiento, su localización es muy complicada incluso utilizando satélites. Pero está ahí, cada vez más grande y cada vez más espesa.
¿De dónde viene tanta mierda? De todas partes; de los barcos, pero también de las ciudades.
En el mundo se producen al año más de 100 millones de toneladas de plásticos, que en un 10 por ciento acaban en el mar. Los ambientes marinos son incapaces de digerir tanta basura, cuyo reciclaje natural necesita decenas de años para lograrlo. Un tiempo durante el cual botellas, envoltorios y toda clase de desperdicios flotan libres a lomos de las corrientes, convirtiendo la superficie marina en una asquerosa sopa de residuos. Y el problema no es tan sólo estético. Más de un millón de aves y cien mil mamíferos marinos y tortugas mueren cada año al ingerirlo accidentalmente o enredarse en él.
Charles Moore, oceanógrafo estadounidense y creador de la Fundación de Investigación Marina Algalita, ha llegado a la conclusión de que “nadie puede limpiarla y la mancha sigue aumentado”. De hecho, los científicos han descubierto que en las costas de Japón el número de partículas de plástico en el agua se multiplica por diez cada dos o tres años.
Alan Weisman, en su fantástico libro El mundo sin nosotros, asegura que si mañana los humanos dejáramos de existir, esta capa de basura en el mar seguiría flotando allí durante muchos años después de nuestra desaparición.
Ni arte ni literatura. Nuestra herencia es la basura.
Ave marina varada en una playa y con todo su cuerpo lleno de plásticos ingeridos accidentalmente. La basura mata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario