Su misión es calmar el dolor. Estos medicamentos no curan la enfermedad, pero son de gran utilidad para tratar los síntomas, al bloquear el avance de los impulsos dolorosos hacia el cerebro.
Los analgésicos de uso común tienen como principio activo el paracetamol o el ácido acetil salicílico (salicilato).
En ocasiones llevan principios activos añadidos, como la cafeína, que actúa como suave estimulante frente al decaimiento propio de la enfermedad.
Además, poseen dos propiedades importantes:
Antipirético. Disminuye la fiebre
Antiinflamatorio. Disminuye la inflamación
Propiedades del Paracetamol
Indicado para el dolor y la fiebre, pero no posee acción antiinflamatoria
Se comercializa en múltiples presentaciones. Las gotas son especialmente indicadas en pediatría
Tiene pocos efectos secundarios
Está contraindicado para enfermos hepáticos o alcohólicos
Puede alterar los análisis clínicos
Debe consultarse su administración junto a otro fármaco
Debe administrarse la dosis indicada en función de las necesidades, el peso y la edad
Propiedades del Ácido acetil salicílico
Acción antipirética y antiinflamatoria
Se emplean también en otros tratamientos como artritis o prevención del infarto
Se comercializa en múltiples presentaciones
Efectos secundarios que afectan al estómago y al intestino
Deben tomarse acompañados de comida y beber en abundancia
Puede alterar el proceso de coagulación. Consultar ante una operación o en el dentista
Debe administrarse la dosis indicada en función de las necesidades, el peso y la edad
Los analgésicos no deben tomarse durante más de diez días seguidos. Si el dolor persiste hay que acudir al médico.
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lunes, 29 de octubre de 2012
Consejos sobre la utilización del medicamento analgésico
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