El caso de la joven británica, que se sometió a una operación de bypass gástrico y hoy sufre anorexia y está en riesgo vital, enfrentándose día a día a la posibilidad de una arritmia cardiaca o un infarto, lleva a pensar en el riesgo de este tipo de intervenciones, pero no en el riesgo físico, si no en el sicológico y en la manera en como las personas enfrentan este real cambio de vida.
Los riesgos a los que se enfrentan las personas que se someten a esta cirugía gástrica y que no tienen el control adecuado, ha hecho ver pacientes con nuevos trastornos alimenticios, como la anorexia, con depresión o crisis de identidad producto de las expectativas puestas en esta operación.
Hay riesgo de depresión, y es algo que los profesionales saben y anticipan al paciente, preparándolo antes, durante y después del procedimiento, para evitar las consecuencias.
Ese riesgo es mayor en pacientes vulnerables, que han tenido una depresión, o que están viviendo una situación compleja y son más frágiles en términos de personalidad, por eso es tan importante la preparación, sobre todo pre quirúrgica, algo que a la gente le cuesta entender, porque llegan a operarse y quieren operarse ya.
DEPRESIÓN
El caso de esta joven británica, se generó, por una depresión que no se previó al momento de operarla y comenzar el tratamiento con el que terminó perdiendo más de cien kilos.
Esto puede ocurrir porque la cirugía es un cambio muy drástico para una persona, además implica un nivel de estrés importante, hay mucha preocupación, muchos cambios y si la persona no está bien previo a la cirugía, corre el riesgo de desestabilizarse después.
No hay una respuesta absoluta, no hay una sola razón para que una persona se deprima, pueden haber múltiples factores y uno es este cambio violento, sobre todo cuando la comida cumple un rol que no le corresponde, que es la de regulación emocional. Son personas que comen cuando están tristes y comer las calma. Comen cuando se sienten solos y cuando les sacan esta mantención del equilibrio emocional, se desestabilizan.
Es muy importante anticiparlo y entregarle información, pero no es lo único, ya que el paciente tiene que comenzar a buscar otras estrategias de regularse emocionalmente o de ser capaz de tolerar emociones de otra manera y debería comenzar con una preparación previa a la cirugía.
También hay cambios de ánimo importante tras un bypass gástrico, y siempre le planteamos a la persona que es normal que los primeros meses puede estar más irritable, porque efectivamente está sometido a un estrés importante y esto es muy exigente, es un cambio muy importante y no siempre el entorno apoya. A veces hay presión y esto es difícil y hace que la persona se irrite. Cuando este comportamiento pasa a mayores se requiere la evaluación de un siquiatra.
ANOREXIA
La anorexia o bulimia, puede ser otra consecuencia de un tratamiento incompleto para los pacientes que se realizan este tipo de cirugía. Y es que el trastorno alimenticio que tenían anteriormente al utilizar la comida como una forma de equilibrarse emocionalmente, puede repetirse de otra forma, ya que ambas conductas tienen un origen sicológico y no físico.
Hay quienes plantean que la obesidad es un trastorno alimentario y en algunos casos si lo es y algunos de estos pacientes tienen una relación con la comida bien patológico y tienen atracones, conductas compulsivas, conductas como comerse un chocolate entero por las noches. Cuando hay un trastorno previo, puede pasar que después de la cirugía aparezca con otra modalidad y esto ocurre si la persona no tiene un apoyo nutricional-emocional y aparece o deriva a otro trastorno, que en este caso puede ser la anorexia.
La idea, es que haya trabajo preparatorio antes y después de la cirugía. Incluso se dice que estos pacientes no tienen el alta, que deberían estar viendo a un especialista de por vida una vez al año.
EXPECTATIVAS, EL MAYOR PELIGRO
Un tema complejo de tratar es el de las expectativas que puedan tener las personas que se someten a una cirugía de este tipo, ya que algunos pacientes piensan que esta decisión les cambiará la vida por completo y que todos sus fracasos se convertirán en éxito.
Ese es otro de los problemas que va relacionado. Uno de los temas que se requiere trabajar con el paciente es el de las expectativas, ya que no es inusual que las personas tengan expectativas irrealistas y desmesuradas. La persona que piensa que al operarse y adelgazar va a cambiar toda su vida y en ese sentido parte del trabajo nutricional-emocional también tiene que ver con ir viendo que expectativas son logrables y cuáles no y que entiendan que muchas veces sus problemas no tienen que ver con el tiempo. Pueden ser incluso otras las experiencias previas las que afecten, porque una persona puede tener, por ejemplo, miedo al compromiso y se escuda en su obesidad para no tener pareja y si bajó de peso ya no tiene esa excusa, le afecta. Cuando hay casos extremos -como el de un suicidio-, es porque esa persona no fue capaz de adecuar sus expectativas a la realidad, entre otras cosas.
* Dra. Claudia Durán – Medica Especialista en Nutrición – M.P.: 16404 – M.N.: 73561
La Plata: 0221-155249710 – (40 y 25)
Capital Federal (CABA): 011-1538738464 – Caballito (Acoyte y Avellaneda)
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