viernes, 26 de agosto de 2011

CINCO PASOS HACIA LA ARMONÍA DEL HOGAR

APRENDAMOS FENG SHUI:Feng Shui (se pronuncia fong shuei) significa "viento y agua". Los orígenes del Feng Shui se encuentran en la filosofía de los sabios taoístas que aparecieron en China hace unos dos mil años. Actualmente la práctica de este arte está oficialmente prohibida en China, sin embargo, el Feng Shui sobrevivió en Hong Kong. Allí, algunos arquitectos ingleses lo conocieron a través de las exigencias de sus clientes asiáticos. Por ejemplo, el grupo de Norman Foster se vio obligado a modificar su proyecto para el Banco de Hong Kong y Shangai, un edificio de 47 pisos, para adecuarlo a los principios del Feng Shui. Estos mismos principios se utilizan hoy en día en Inglaterra y en EEUU para determinar la localización y el diseño de viviendas, restaurantes, oficinas y locales como los de British Airways, Trump International Tower and Hotel, The Body Shop, Gap, Elizabeth Arden y Barney's, entre otros. Aunque el Feng shui es, en el fondo, una combinación de sensibilidad y de sentido común, no siempre resulta fácil entenderlo y aplicarlo. Y es que en Occidente recibimos al Feng Shui teñido de las costumbres, tradiciones y hasta supersticiones propias de la cultura china. Las verdades esenciales del Feng Shui subsisten, sin embargo, debajo de este velo oriental. La tendencia actual apunta a pensar en el Feng Shui como en una gramática del espacio: una estructura flexible sobre la cual cada uno puede expresar su propia individualidad y sus propias preferencias.
Para aplicar correctamente el Feng Shui hay que comprender primero su "filosofía", resumida en Tres Principios Fundamentales: Tao, Yin-Yang y Chi. A no asustarse: estos conceptos, que aparecen a primera vista como intrincados y misteriosos, son, en realidad, cosas con las que estamos en contacto cotidianamente, sólo que con otros nombres.
TRES PRINCIPIOS FUNDAMENTALES: TAO, YIN-YANG Y CHI
Primer Principio: El Tao o El Camino
Los taoístas fueron en cierto sentido los primeros defensores de la ecología. Ellos se dieron cuenta, hace mucho tiempo, de que existe una conexión invisible y sutil entre la Naturaleza y nosotros; y de que debemos encontrar la manera de vivir en armonía con ella y respetarla. Este es "El Camino" de la felicidad, el bienestar y la prosperidad.
Pero los taoístas fueron más allá y descubrieron también que existía una conexión invisible entre lo interno y lo externo. Nuestra casa es una representación física de las fuerzas que operan en nuestro mundo interno. Cuando decimos que vamos a armonizar nuestro hogar queremos decir que vamos a ponerlo en sintonía con nuestro mundo interno: con nuestras necesidades, nuestros afectos, proyectos y aspiraciones más profundas. Vamos a aprender a lograr esta armonía utilizando el Feng Shui.
Se dice que "el batido de las alas de una mariposa puede desatar una tormenta al otro lado del mundo". En la Naturaleza nada sucede al azar, tampoco en nuestras casas. Cada objeto, cada mueble, contiene una historia, ejerce una influencia, crea una experiencia, nos modifica. Pequeños cambios pueden generar grandes consecuencias. La dimensión del Feng Shui es la dimensión del pequeño detalle, de lo inadvertido, de lo sutil.
UNA EXPERIENCIA SENCILLA PARA COMPROBAR COMO FUNCIONA EL FENG SHUI
Para comprobar cómo opera el Feng Shui, te propongo el siguiente "experimento". Seguramente hay algún lugar de tu casa que se encuentra un poquito desordenado o descuidado. Puede ser una habitación, un ropero, un botiquín, un escritorio o incluso un altillo o la baulera.
El principio del Tao nos dice que este desorden externo es el reflejo de alguna desarmonía "interna". Por lo tanto, cuando tengas un momento libre, aprovéchalo para ordenar a fondo el lugar y deshacerte de todas las cosas que ya no te sirven.
Como norma, hay que desprenderse de todo aquello que no se haya usado durante más de un año. Si hay algún objeto del cual te resulte difícil desprenderte, guárdalo deliberadamente. Toma nota de tu estado emocional antes y después de hacer orden. Comprobarás que en los días siguientes (o incluso el mismo día) te sentirás de mejor ánimo, tus asuntos personales irán mejor y hasta es posible que recibas alguna sorpresa agradable. Modificamos el espacio para modificar nuestro destino.
Segundo Principio: El Yin y el Yang o El Equilibrio El equilibrio es la base de la salud, de la belleza y de la armonía. Los latidos del corazón, la respiración, el sueño y la vigilia, el día y la noche, las pleamares y las bajamares, el hombre y la mujer, son todas manifestaciones del Yin y el Yang, la eterna alternancia y el equilibrio de los opuestos que hace posible la vida.Como explicamos anteriormente, las mismas fuerzas que operan en la Naturaleza se encuentran también en nuestras casas. ¿Cómo se manifiestan en Yin y el Yang en el hogar? Veamos la siguiente tabla:
Yin Yang
Colores oscuros y fríos Colores claros y cálidos
Mobiliario de líneas curvas, sin ángulos marcados. Mobiliario de líneas rectas y ángulos marcados
Iluminación indirecta, tenue Iluminación directa, intensa
Asientos bajos, ej: puffs. Asientos con respaldo alto
Ambiente silencioso. Música, bullicio.
Revestimientos mullidos, ej.: alfombras Revestimientos duros: ej.: mosaicos
Amplios espacios vacíos, minimalismo Sensación de amontonamiento, exceso de ornamentación

 
 Hay ambientes de la casa que se favorecen con un predominio de elementos Yin, otros se relacionan mejor con las características Yang, y, por último, hay otros requieren de un equilibrio Yin-Yang. En la Tabla siguiente mostramos una somera clasificación de los ambientes. Como veremos un poquito más adelante, esto no significa necesariamente que todo lo que hay en un recibidor tenga que ser Yang, ya que siempre será necesario cierto equilibrio. Significa, simplemente, que el dormitorio deberá contener más elementos Yin que, por ejemplo, la cocina. Las casas con demasiados elementos Yang son como esos roperos abarrotados de cosas que se derrumban apenas abrimos las puertas: nos conectan con lo que nos sobra, lo que nos abruma, lo que tenemos en exceso y no podemos controlar (por ejemplo, el sobrepeso). Por el contrario, el exceso de Yin sugiere vacío, desnudez, soledad, la falta de algo (que con frecuencia relacionaremos con lo que nos falta en nuestras vidas: amor, dinero o salud).
Predominio Yin Equilibrio Yin-Yang Predominio Yang
Dormitorios Estudios Recibidores
Cuartos de baño Salas de Estar Cocinas

Comedores Play-rooms


 
¿Por qué hay casas que parecen llenas de vida, mientras que otras languidecen? ¿Por qué a veces el rincón de un jardín en una casa modesta, creado sin ninguna premeditación, se "siente" mucho más agradable y vital que un espacio cuidadosamente diseñado y planificado a la perfección? La respuesta está en el Chi.
Chi es vitalidad. Hablamos anteriormente de la importancia del equilibrio. Pues bien, el equilibrio en la Naturaleza es como el equilibrio de una bicicleta: no es un equilibrio estático sino que depende de un continuo movimiento. El equilibrio vital entre el Yin y el Yang es un equilibrio dinámico. Si la mujer y el hombre son expresiones del Yin y el Yang, entonces el Chi es la fuerza que los atrae y genera una relación dinámica entre ambos.
El Chi es la energía primordial del Universo. El Chi es la fuerza que crea las montañas y es el impulso que guía al salmón a través de cientos de kilómetros para desovar en el mismo arroyo donde nació. También es la energía que percibimos cuando alguien nos dirige una palabra de aliento o una mirada significativa, o la energía que emana de un ramo de rosas frescas.
La buena noticia es que no hace falta desarrollar un "sexto sentido" para percibir el Chi. Nos basta con la vista, el olfato, el tacto y el oído. Si queremos saber cómo fluye el Chi en un espacio determinado, veamos qué cosa nos llama la atención primero. Allí hacia donde fluye nuestra atención, fluye también el Chi. Los comerciantes utilizan intuitivamente este principio para atraer clientes: carteles luminosos, objetos que se mueven con el viento, colores llamativos, el aroma del pan recién horneado, altavoces etc., son todas formas de atraer la atención y por lo tanto el Chi (y la prosperidad) hacia un local.
La clave del buen Chi de un espacio está en la forma en que son estimuladas nuestras percepciones. Eso explica la calidad vital del rinconcito del jardín que mencionábamos al principio, como ejemplo. Nuestras percepciones no deben ser ni bloqueadas, ni confundidas, ni aceleradas. El Feng Shui nos enseña a ubicar los colores, las formas, la luz y los aromas en un ambiente de modo de atraer el Chi hacia nuestro hogar y hacerlo circular armoniosamente.

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